Tal vez en la región
antioqueña colombiana, este nombre genere grandes recuerdos. Los que dudamos estén
en la mayoría de los colombianos, no por la importancia del personaje, pues de
suyo la tiene, sino por la concentración cultural regional que le rodeo, además
de su prematuro fallecimiento, nos referimos a Gildardo Montoya Flórez, natural del corregimiento de Palermo,
municipio de Támesis, donde nace el 1 de febrero de 1939; integro una familia cuyos padres fueron: don Jesús Montoya, y doña Julia Flórez; fueron sus
hermanos Jaime, Guillermo Fabiola Olga, Francisco y Nelly, siendo Gildardo el
quinto de la prole, por línea materna tuvo herencia musical y religiosa, su
abuelo materno era tiplista y fabricaba instrumentos, los que comercializaba en
la zona de Jericó – Antioquia y religiosa puesto que su tío materno don
Francisco Ortiz fue párroco de Palermo y un primo suyo por línea materna también fue Párroco de la ciudad.
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De una familia de
origen campesino, trabajadores de nuestro Café colombiano, donde Gildardo se
crio recogiéndolo en un afinca de Fredonia, queriendo buscar un futuro diferente
se marchó a la capital antioqueña, radicándose en el barrio Aranjuez, donde repartía
su tiempo en el trabajo en una carnicería en la plaza de mercado de propiedad de los señores Octavio Arenas, y Daniel Ramírez y su gusto
por la música ranchera, en especial su gusto por Miguel Aceves y José Alfredo Jiménez,
iniciándose en la radio como cantante aficionado, haciendo piezas de la costa atlántica
de Guillermo Buitrago y Julio Erazo, la radio Sinfonía había dispuesto un
jurado formado por el periodista Carlos Serna, la soprano Alba del Castillo, y
Arturo Restrepo dueño de Almacén Discoteca, donde ocupó el segundo lugar muy a
disgusto.
Su primer contacto
con el surco lo realizo con el apoyo de discos Fuentes, grabando las piezas “Los
Reyes Magos y Aguinaldo al Escondido”, poco a poco fue cambiando la carnicería por
el acordeón y la música y sus composiciones, también con Fuentes, algunas de
ellas publicadas diez años después, cuando su nombre ya trascendía. Luego
vinieron grabaciones con Ondina, de propiedad de Rafael Acosta, y en la casa
Codiscos, se recuerdan piezas como: “El que le dijo”, “EL Alumbrado”, EL
DISFRAZ DEL DIABLO, TÓCAME LA BOCINA, BUENO ES CULANTRO, EL AJEDREZ, LAS CUÑAS
COMERCIALES, LA CANDIDATA, LA YEGUA CHEVERONA; con el sello Clarín: las cumbias, “Cumbia del Puerto”,
“La Margarita”, “La Silbadora”, “El Tamborcito”, acompañado de su acordeón; “La
Matecaña”, dedica a Santiago de Cali; “Grito Caleño” Luego interpretado por
Juan Piña. Para 1972 Gildardo Montoya es nombrado director artístico de
Codiscos.
Su facilidad para
componer, de un hombre prácticamente iletrado, es motivo de admiración, al punto
que daba composiciones suyas a buenos amigos suyos para que las presentarán
como de ellos, cuando era director en Codiscos, tales como: "El Corbata"; "Gastador", EL CACIQUE MOCORONGO, AÑO VIEJO MALICIOSO, TE CASASTE TOÑO, EL
ARRUINAO,
Su fama continuaba en ascenso, y sus composiciones ya eran grabadas internacionalmente en especial por Nelson Henríquez, Billo Frometa, Los melódicos Pastor López, Emir Boscan…
Estando en Codiscos, se origina un proyecto para grabar su música de denomino nada menos que “El Combo de las Estrellas”, que incluyo entre otros músicos a Jairo Paternina, Manuel “El May” González, de San Juan de Urabá, como bajista, quien más tarde fundó su propia orquesta, hoy residenciado en México; Luis Fernando Meza, “Tomate”, pianista; Álvaro Velásquez, timbaletas; Fredy Ferrer, trombón; “Soplete” y “Olafo” Carreño en las trompetas y Humberto "Beto" Muriel en las congas y dirección musical Jairo Mercado, Reynaldo Carreño y al arreglista Enrique Aguilar,
Vean ustedes, de los últimos números que llego a componer Gildardo, fue una especial te inolvidable canción, que le grabo originalmente Alejo Duran, sin mayor repercusion y luego le genero todo el éxito a Jairo Paternina, fue “Plegaria Vallenata”, en el 1976, pieza que empezó a sonar en septiembre, Gildardo Montoya falleció en absurdo accidente en una moto el 25 de noviembre de 1976, siendo embestido por un vehículo automotor conducido por una dama, que se pasó un semáforo en rojo. Gildardo no alcanzo a gozar de las regalías de esta emblemática composición suya. Su sepelio se cumplió en Campos de Paz, siendo acompañado por una multitudinaria caravana, venida de varias partes del país; el periódico el tiempo en su titular luctuoso expreso: “Murió el único paisa, que escribía vallenatos”
FUENTES:
Discografia Gildardo Montoya- Elatinradio
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Actualizado 2021.