
Cuando de responsables del
marco amplio sobre el cual se plantaron las musicalidades que han hecho bailar
el mundo entero, no podemos dejar de mencionar al señor IGNACIO RODRIGUEZ MARTINEZ, nacido en el populoso barrio Jesús María de la Habana el 21 de mayo de
1888, formado entre rumberos, cantadores y soneros en el barrio Pueblo Nuevo (La Victoria); hijo de, Petrona Martínez Menéndez y adoptivo de Marcelino Rodríguez Sánchez. quien llegó a conocer a perfección, el ambiente que por esos años se vivía en el Jesús María, Los Sitios, Atarés, El Manglar, San Leopoldo y el propio Pueblo Nuevo. en este barrio cursa la enseñanza primaria en el
colegio público “Niño de Jesús” —ubicado en calle Soledad esquina San Miguel—,
y la escuela del mismo barrio con sede en Avenida Carlos III y Marqués
González. Convertido rápidamente en decimista, ya que en la escuela, aprendió a hacer “composiciones poéticas”.
Nace entonces una inquietud y el apellido "PIÑEIRO"?, debemos decir que proviene de su padre Biológico el ciudadano español Manuel Piñeiro y Montero (01) Su hermano por parte de madre, Prudencio, nacido en noviembre de 1893, (hijo del ciudadano español Marcelino Rodriguez), le apoya y era con quien transportaba las mercancías del puerto. Este es el
apellido que adopta en el arte, ya que la gente siempre decía «ahí vienen
los Piñeiro». (Foto tomada de Internet)
EL PRESENTE ARTICULO "ES PROPIEDAD INTELECTUAL DE ENCUENTRO LATINO RADIO"
SI LO UTILIZA COMO REFERENCIA NO OLVIDE CITAR LA FUENTE :
Por Carlos Molano Gómez
Encuentro Latino Radio -2017
Derechos Reservados
Actualizado 2021.
Actualizado 2021.

Tal vez otra circunstancia de la vida de
Piñeiro, poco difundida fue su relación
con babalawos, ñáñigos, negros congos lucumíes, y tiene que ver con su
temprana inscripción a la sociedad "Secreta
Abakuá". De la tierra Efori Enkomó, Siendo estibador en los muelles donde aprendió los cantos Abakuá (02)
Que en la practica, muestra su primigenia influencia en el desarrollo de la musicalidad cubana, a través del "Abakuá", cuyos elementos son indispensables a la hora de definir, el Son, el Guaguancó, la Rumba y la Guaracha, su presencia esta incrustada en el devenir que Piñeiro les imprimiría, por ello al adentrarnos en estos conceptos no es posible desprendernos de las Sociedades Abakuá y en consecuencia olvidarnos del la paternidad de Piñeiro.
Cuando hablamos escuetamente de "La Victoria", conocida en aquel tiempo como "Pajarito", que previamente fuera, un barrio de prostíbulos, donde pululaban cabildos africanos, congos y lucumíes que metían miedo,.debemos decir que Piñeiro expresaba en alguna ocasión: "Pero yo no les tenía miedo, para mí era cosa natural. Me tomaban como mascota, como mandadero, y yo aprovechaba para que me enseñaran los trucos y secretos de su misteriosa música venida de tan lejos, de la intrincada África ancestral. Desde niño me interesaba escuchar las conversaciones de los negros sabios; yo lo absorbía todo, como una esponja". Es especialmente significativo, mencionar, que en el año de 1886, dos años antes del nacimiento de Piñeiro, después de seis años de intentos procesos sociales y políticos, fue abolida al menos normativamente la esclavitud en Cuba el 07 de octubre de 1886. Piñeiro, en su etapa juvenil realizó distintas tareas como fueron la de Tonelero, tabaquero y fundidor.
Cuando hablamos escuetamente de "La Victoria", conocida en aquel tiempo como "Pajarito", que previamente fuera, un barrio de prostíbulos, donde pululaban cabildos africanos, congos y lucumíes que metían miedo,.debemos decir que Piñeiro expresaba en alguna ocasión: "Pero yo no les tenía miedo, para mí era cosa natural. Me tomaban como mascota, como mandadero, y yo aprovechaba para que me enseñaran los trucos y secretos de su misteriosa música venida de tan lejos, de la intrincada África ancestral. Desde niño me interesaba escuchar las conversaciones de los negros sabios; yo lo absorbía todo, como una esponja". Es especialmente significativo, mencionar, que en el año de 1886, dos años antes del nacimiento de Piñeiro, después de seis años de intentos procesos sociales y políticos, fue abolida al menos normativamente la esclavitud en Cuba el 07 de octubre de 1886. Piñeiro, en su etapa juvenil realizó distintas tareas como fueron la de Tonelero, tabaquero y fundidor.
Toda su vida vivió en la Habana,
donde por muchos años habitó una humilde casa en el reparto de San Miguel del Padrón,
, donde se
dieron los compases iniciales en los ensayos de su "Septeto Nacional"
(En la foto para el año 1929).
Experimentó, con la música afrocubana desde los tiempos del grupo “Claves y Guaguancó “El timbre de Oro; en el 1926 (Ya reconocido Piñeiro), junto a María Teresa Vera; creador del Sexteto Occidente, internacionalizando
la música cubana a llevar a los Estados Unidos, para realizar la primera grabación del Sexteto; sin dejar de mencionar que para ayudarse económicamente
sus fuentes de ingresos provenían de los diferentes oficios que desarrolló como: tonelero, fundidor,
portuario, tabaquero y albañil.
Uno de sus principales legados a
la música cubana, radicó en la combinación de "La
guajira con el son", al fundir en el marco vocal-instrumental del Grupo Sonero, con textos casi siempre
ordenados en períodos octosilábicos, recreados con vivencias de paisajes
campesinos, en todas sus manifestaciones;. Según expresara Emilio
Grenet, Piñeiro "Hizo la transformación del montuno
del son, a la canción bailable"... (Foto tomada de Granma. de
propiedad de Rafael Calvo).
Dirigió Coros de Clave, los que transformó a partir de 1900, en "Coros de Clave y Guaguancó", al introducirle poesía y el Guaguancó al frente del Coro "Los Roncos", con el que triunfó y creó innumerables cantos. Fue sin duda el creador de la Clave Abakuá o Ñáñiga dentro de la canción popular cubana. En 1906 integra la agrupación “Timbre de Oro", de la que no se posee mayor información. Luego dirige el grupo "Los Roncos", del barrio de Pueblo Nuevo. En 1926 ocupa el puesto de contrabajista en el Sexteto Occidente de María Teresa Vera.
Para finales del año de 1926, con 38 años, gran experiencia personal y musical; Ignacio Piñeiro, se une a la organización Habana Sport, ubicada en la calle Pocito nº 56-D, altos, entre Oquendo y Soledad en el Barrio de Pueblo Nuevo, donde se dan varios hechos que indiscutiblemente fueron consolidando el nacimiento de un Sexteto con el nombre de la organización:
Fue decisiva la actividad
empresarial que desempeñaba el señor Juan de La Cruz Hermida, sobresaliente tenor y
comerciante, quien concertaba presentaciones de dúos y tríos, junto a
Bienvenido León Chacón, Alberto Villalón Morales y el propio Juan de la Cruz;
sus relaciones con casas grabadoras como la RCA Víctor y en especial con
el señor John L. Stowers de la Columbia récords, que decididamente quería
encontrar una agrupación capaz de competir con el gigante RCA que tenía en sus
huestes a El Sexteto Habanero".
De otra parte, Ignacio Piñeiro regresaba de Nueva York, de realizar grabaciones con
el Sexteto Occidente, conocedor de las intenciones de la Columbia, que tenía registrado al Occidente, formado por Maria Teresa Vera Miguel García, segunda voz; Manolo Reynoso en el, bongó; Julio Viart en el tres; Francisco Sánchez, coro y maracas, e Ignacio Piñeiro como contrabajista; según se rumoraba al interior de la Columbia, no reunia las expectativas para confrontar con sus competidor.
De Izquierda a Derecha:
Abelardo Barroso Dargelez (cantante y claves), Ignacio
Piñeiro Martínez (director y contrabajo), Lázaro Herrera Díaz (trompeta); José
Manuel “Chino” Carrera Echarte (bongó); Bienvenido León Chacón (2. Voz y
maracas); Eutimio Constantín Guilarte (Guitarra y 3. Voz) y Francisco González
Solares “Panchito Chevrolet” (Tres y Voz prima). (foto propiedad de la nieta de
Francisco González).
Como maniobra comercial coinciden en organizar para la Columbia, contando con el apoyo de Juan de la Cruz, el pinareño Benito Vega dueño de la Academia Habana Sport, y la vinculación del maestro Ignacio Piñeiro surge "El Sexteto
Habana Sport",
quedando integrado por: Ignacio Piñeiro; Bienvenido León; Francisco
González; Eutimio Constantín Guilarte (por A. Villalón), Enrique
“Chungo” Enrizo (por Juan de la Cruz) y Alberto “Anguililla” Rodríguez
Morales (por José “Chino” Manuel Carrera).
Viajan a Nueva York, sin: Constantin, "Chungo" Erizo y "Anguililla" Rodriguez, realizando como "Sexteto Habana Sport", grabaciones en 15 discos, que incluian las canciones: "Esas no son cubanas", "Las cuatro Palomas", "El Rey
de los bongoseros", "Viva el Bongó", "Una noche de Conga"; "Mamá se quema la Maya", "Contestación a Aurora", "Fuga de amor", "Has perdido
mi amor" y Reliquias de amor".
El 13 de diciembre de 1927, funda su emblemático e inolvidable Sexteto, como consecuencia de las 30 piezas grabadas en la ciudad de Nueva York dentro del formato de la época 78 rpm, para el sello Columbia, cuyas directivas sugieren a Ignacio Piñeiro, quien fungía como director y Contrabajista de la agrupación nombrada "Sexteto Habana Sport", que cambiara el nombre ya que podría confundirse en los Estados Unidos, dado que el Sexteto estaba formado por músicos Santiagueros y Habaneros, Piñeiro decide nombrarlo como "Sexteto Nacional", el que venía siendo integrado por el trovador Alberto Villalón Morales en la guitarra,natural de Santiago de Cuba, experimentado trovador, compositor de "Boda Negra"; que casi veinte años atrás ya había tenido un Cuarteto bajo su nombre y había efectuado grabaciones para la Columbia; Francisco González Solares “Panchito Chevrolet” Habanero, en el tres y voz prima del coro; Abelardo Barroso Dargelez, como voz prima y Claves Habanero del barrio Cayo Hueso; Juan de la Cruz Hermida tercera voz, tenor y manager o promotor del Sexteto Habana Sport, con reconocida habilidad para los negocios, Bienvenido León Chacón, habanero como barítono y maracas, y en los bongos José Manuel Carrera Incharte (El Chino). Este cambio se realiza por escritura pública, en cumplimiento de la normatividad establecida por la Sociedad Nacional de Músicos, en la Habana, según prescribía la ley de Asociaciones aparecen relacionados 16 personas en la nómina de la “Sociedad Sexteto Nacional”.
La ampliación del formato de Sexteto a Septeto se realiza con posterioridad a la legalización de la Sociedad Sexteto Nacional, para competir con las Bandas y las Charanguitas que empleaban instrumentos de viento, Piñeiro puso una trompeta en el son con el coro y un solista cantante. La trompeta hacía una introducción, iniciaba la melodía y el canto lo reproducía, la voz prima y la voz segunda junto con los instrumentos: la guitarra, el contrabajo, el tres, maracas, clave y el bongó; todo eso acompañaba el tipo de música bailable ligera que era el son cubano entonces.
Estando desempeñando suplencia, Lázaro Herrera, con su cornetín en la Banda de
la Marina, en los Jardines de la Tropical, diciembre de 1927, Ignacio Piñeiro,
lo escucha y admirado por su particular estilo interpretativo le invita esa noche al Cabaret “La
Verbena” en las alturas del Almendares, de propiedad del español Emilio Salas
amigo de Piñeiro, allí tocaba con el Sexteto del “Mozo” Borgellá,
reconocido tresista y con el que Piñeiro tocaba el contrabajo. Tocaron un montuno que gustó y se convino que Lázaro fuera al ensayo el
martes siguiente para un viaje a Nueva York. (03) De esta manera se
incorpora, Lázaro “El Pecoso” al Sexteto Nacional en casa de Ignacio que vivía
en Jesús Peregrino entre San Carlos y Belascoaín, detrás de la Gran Logia de
Cuba, convirtiéndose en la gran novedad, la vinculación del
trompeta Lázaro
Francisco Herrera Díaz.
momento cumbre donde se empieza a reconocer como "Septeto
Nacional".
Ignacio Piñeiro, fue
responsable de la difusión y consolidación de
múltiples manifestaciones de géneros musicales
cubanos desde el mismísimo "Son"; "El son
montuno", "El guaguancó-son", "La canción-son",
"El afro-son", "La Conga", "La guaracha",
"El guaguancó", "La canción, guajira", "El
Villancico", "La rumba", "El Son-pregón", "La
guaracha-son", "La rumba-son", "El tango congo",
"La plegaria", "El Lamento", "El pregón"... Un
par de ejemplos clásicos están representados en las reconocidas canciones: De
la pluma de Carlos Godinez, donde se funde "El son con La
Guajira", titulada "Tribilin Cantores" o “Alma Guajira”, de Piñeiro,
grabadas ambas en mayo de 1928 por el Septeto Habanero en Nueva York. En 1928 fue reconocido como: "El Poeta del Son”. (En la foto Odilio Urfé, Ignacio Piñeiro, Sindo Garay y Rosendo Ruiz)

Un
hecho lamentable se da en la travesía en el barco, el 2 de julio de 1929,
al fallecer "Cheo" Jiménez Sin Barroso y sin "Cheo", les correspondió a Juan de la Cruz y
Panchito Chevrolet, subsanar el inconveniente, a
pesar de la triste partida del compañero que, por
razones de salud del resto de la delegación, fue lanzado al mar. Ya
en España se les une la bailarina Urbana Troche que aporta una dimensión
bailable desconocida en estos países, y alcanzan un éxito total llegando a
presentarse ante el Rey de España. En la Exposición Iberoamericana de Sevilla
se hicieron acreedores a la
Medalla de Oro, que celebraron a
todo dar, en el Hotel. Recorrieron, la
geografía española en 1929; dejando huella imborrable de la
música cubana, siendo conocidos coloquialmente como "Los
Suavecitos"; lo que indudablemente abriría puertas a otros artistas
cubanos que se instalarían en
ese territorio, con el beneplácito del Gobierno Español, como fue el caso de Antonio Machin.
En 1930 se presentan en La Habana en el afamado cabaret Sans Soucí con la pareja de Margot y Elpidio. En 1931, se da la llegada de Alfredito Valdés, quien sustituye a Juan de la Cruz, en ese mismo año, el Septeto Nacional realizó importantes grabaciones, hoy no muy nombradas en la voz de Bienvenido León, fueron ellas: “Libre albedrío”, “Hay que bailarlo suave”, “La lira del poeta”, y “Tupi”, Pasaron por el Nacional espléndidas voces: Vicentico Valdés (Sin llegar a grabar), Cheo Marquetti, Marcelino Guerra (guitarra y voz segunda), Bienvenido Granda, Joseito Nuñez (A quien no debemos olvidar) y Alfredito Valdés, hermano mayor de Vicentico; Bienvenido Y Alfredito Valdes, dejaron grabaciones, en un periodo donde los registros sonoros se lograban ya, con mayor nitidez, especialmente en lo vocal, hacía comienzo de los años cuarenta. En 1933 viajan a la Feria Internacional de Chicago, allí filmaron un corto musical titulado "El frutero". Luego llegaron otras voces inolvidables como la de Miguelito Valdes, Florencio Hernández Cuesta (Carusito), y Carlos Embale, que merecen capítulo aparte.

Echale Salsita - Ignacio Piñeiro
Salí de casa una noche aventurera
Buscando ambiente de placer y de alegría
Ay, mi Dios, cuánto gocé.
En un sopor, la noche pasé,
Paseaba alegre por los lares luminosos
Y llegué al bacanal.
En Catalina me encontré lo no pensado,
La voz de aquel que pregonaba así: "Salsa"
En Catalina me encontré lo no pensado,
La voz de aquel que pregonaba así:
Échale salsita, échale salsita,
Ah, ah, ah, ah...
En este cantar propongo,
Lo que dice mi segundo
No hay butifarra en el mundo
Como la que hace el congo.
Échale salsita, Échale salsita,
Ah, ah, ah, ah, ah...
Congo miró embullecido
Su butifarra olorosa,
Son las más ricas, sabrosas,
Las que en mi Cuba he comido
Échale salsita, échale salsita
Ah, ah, ah, ah...
Ese hombre que pregonaba
era Guillermo Armenteros, conocido en "Catalina de
Güines" (actual provincia de La Habana, cercana a la capital) y
sus fronteras como "El Congo", cocinero con una vocación
depredadora, quien termina imponiéndole sus gustos a sus
noctámbulos visitantes, que después de una noche de bohemia y licor,
hacia una infaltable parada para disfrutar de un reconocido plato
procedente de la cocina española, con el toque particular del
"Congo", así se conocía a este hombre negro liberto, oriundo de
la zona de Guines (Tierra que nos recuerda a los Zervigón y a Roberto Torres),
que preparaba la mejor butifarra de la región, "El
Congo", conocido así, por su piel oscura, vestía siempre de
blanco y mantenía su negocio con extrema pulcritud. La especialidad que lo hizo
famoso fue la butifarra, que preparaba con cerdo y una sazón muy propia, que
hizo que su receta resultara inigualable. A este caballero y su sazón,
se refería Ignacio Piñeiro, cuando expresaba: “En Catalina me
encontré lo no pensado, la voz de aquel que pregonaba así: "Échale
salsita!” Esta última frase fue la que se convirtió en el sabroso
estribillo; “El Congo”, se ganaba la vida en un modesto puesto donde servía
variados chicharrones, frituras y platos típicos de la cocina criolla, basados
en la carne de Vistagacha (Como se lo escuchamos a Arsenio). Cuenta la historia
que allí llego Piñeiro con su septeto después de su jornada, para solventar el
paladar y rematar la faena, lo que le motivo para construir una canción y su
estribillo que se quedaron en el tiempo.
Entendemos que este lugar fue visitado por las principales figuras del arte y la canción; al fallecer "El Congo", el negocio paso a manos de su hija Guillermina, hasta 1964, cuando es intervenido por el gobierno
revolucionario. Convertido hoy en un restaurante de comida criolla.
Sin embargo este compositor natural, expresó alguna vez: "…Me robaban muchas melodías, pero tenía montones de reserva con mi oficio natural de componer como decimista de los grupos. Todo lo que escuchaba a los viejos tradicionales se me pegaba, me inicio en la composición inventando la melodía y acompañándome de las claves. También componía a través de la guitarra. Yo buscaba otro estilo, caminos nuevos. Conocí todos los parches y el zapateo, conozco todos los estilos: la tahona, y sobre todo lo más grande, el son. Hice guajiras bailables, traslade el tiempo de la guajira al compás de dos por cuatro del son. Mi son genuino –conocido como "Alma guajira"–, es el que abre el camino de la guajira-son que, canto Cheo Marquetti...".
Entre 1934 y 1935, por razones no
suficientemente aclaradas Piñeiro se retiró del Septeto, que
empezó a ser dirigido por el trompetista Lázaro Herrera, continuando
labores hasta 1940. En el 1937, Bienvenido Rosendo Granda Aguilera (voz
prima), ingresa al Septeto, compartiendo la parte vocal con Marcelino "Rapindey"
Guerra
(portentosa voz segunda). El Septeto hace presentaciones en el cabaret
La Campana, con la pareja de Alfredo y Aida. En 1938 aparecen en Radio Cine de
la calle Galiano. En 1940 graban sones con Miguelito Valdés y se presentan en
CMQ y COCO. Para el 1940, el Septeto cesó sus actividades ante el
auge de otros formatos orquestales. Entendemos que Piñeiro volvió por esos
años a su oficio como albañil.
Por iniciativa de Odilio Urfé (Odilio Luis Esteban Urfé González),
director del Instituto Cubano de Investigaciones Folklóricas, el Septeto
Nacional se reorganizó para realizar en 1953 un conjunto de actividades en el
marco del Festival de Música Popular y Folklórica, en el Anfiteatro de la
Habana; Piñeiro
reaparece en 1954 al frente del Nacional en el programa de televisión Música
de Ayer y Hoy; en
1958 dirigió una serie de grabaciones que el Septeto realizó en los estudios de
Radio Progreso; en 1959 se grabó un disco de larga duración para el sello
Seeco, con composiciones de Piñeiro, ya convertidos en clásicos y por ende
en éxitos perennes.
A partir del año de 1959, con el
triunfo de la Revolución, Ignacio Piñeiro, fue objeto
de múltiples reconocimientos y homenajes, siendo invitado a festivales,
coloquios de música popular, que se adelantaron en Cuba en los primeros años de
la década de 1960.

ESTA NOTA BIOGRÁFICA SIGUE EN CONSTRUCCIÓN...

"El
Abuelo de la Salsa", como se
conoce a Ignacio Piñeiro, partió de este mundo el 12 de marzo de 1969,
en la tierra que le vio nacer; dejando una huella permanente dentro de la
musicalidad latinoamericana, Fue indiscutiblemente pionero de la fusión de géneros y ritmos cubanos
como: La Guajira-Son; Bolero-Son; Son-Guaguancó; Guaracha-Son; Afro-Son y gran cantidad de variantes
recreados por el Guaguancó que los hace bailables. Es nuestra manera de pensar, que antes de hablar de "Arsenio Rodríguez",
hay que considerar dos nombres fundamentales en el desarrollo de la música
cubana, cuya herencia adopto Arsenio; él se convertiría en realidad en un
"catalizador", mas "no en un creador" (04); fueron ellos: don "Ignacio
Piñeiro" y don "Miguel Matamoros", se hace necesario conocer
sus obras para "No magnificar he
incurrir en faltas con la historia". "El Septeto
Nacional es considerado hoy "Patrimonio cultural
de Cuba". Ahhhh y, Piñeiro tenía razón...
ESTA NOTA BIOGRÁFICA SIGUE EN CONSTRUCCIÓN...
NOTAS:
Fotos tomadas de Internet
(01) Para el año de 1914, fue reconocido por su padre biologico a solicitud de Ignacio (Su hijo), rezando dicha diligencia: “En la Habana a las 9:20 am en el registro estado civil municipal Sur con el folio 228 del tomo 42 del día 9 de Agosto de 1914, ante el juez municipal Laureano Fuentes Duany, declara aante testigos, que Ignacio, nació a las 8:00 pm del día 21 de Mayo de 1888 en La Habana, en el Barrio Jesús María en la casa ubicada en la Calle Águila nº 229, hijo de Manuel Piñeiro Montero, natural de España y Petrona Martínez Menéndez natural de la Habana
(02) La Sociedad Secreta Abakuá, o Ñañiguismo, es el nombre por el que se conoce en Cuba a la sociedad secreta masculina Abakuá, al parecer, la única de su tipo existente en América. Ñáñigo es el nombre que se da a sus miembros.
(03) Narrativa abreviada de la versión que diera Lázaro Herrera para vincularse al Septeto Nacional.
(04) Ver obra musical de Miguel Matamoros sus interpretes en el mundo de la salsa. en: http://www.encuentrolatinoradio.com/2020/05/miguel-matamoros-mama-son-de-la-loma.html
(05) Existieron al menos cuatro sextetos, empezando por La unión Armónica (1890), la Charanga de "Doña Irene", Irene Herrera Lafarté (1928 - primera banda de mujeres en la Habana), que ya usaban el Piano (Dora Herrera, asume el piano; Josefina Herrera, pasa a la flauta; Estrella Socarrás, llega al violín, y la cantante era Rosario Martínez; inicialmente la alineación fue Doña Irene Herrera Lafarté, percusionista, que al momento de crear su charanga contaba 51 años conocida como “Doña Irene” que tocaba la paila o el timbal era la directora, verdadera “Reina del Timbal” y sus cuatro hijas: Mercedes (violín), Josefina (violín), Dora (trompeta y arreglos) e Inés (güiro). - Primera organización musical integrada por mujeres en la Habana, usaba el piano), antes que Arsenio Rodriguez
-El locutor de Radio Progreso, Eduardo Rosillo (E.P.D), sostenía, que Piñeiro introdujo el lirismo en limitadas posibilidades que ofrecía el son, logrando una evolución más amplia en lo musical y lo temático.
(01) Para el año de 1914, fue reconocido por su padre biologico a solicitud de Ignacio (Su hijo), rezando dicha diligencia: “En la Habana a las 9:20 am en el registro estado civil municipal Sur con el folio 228 del tomo 42 del día 9 de Agosto de 1914, ante el juez municipal Laureano Fuentes Duany, declara aante testigos, que Ignacio, nació a las 8:00 pm del día 21 de Mayo de 1888 en La Habana, en el Barrio Jesús María en la casa ubicada en la Calle Águila nº 229, hijo de Manuel Piñeiro Montero, natural de España y Petrona Martínez Menéndez natural de la Habana
(02) La Sociedad Secreta Abakuá, o Ñañiguismo, es el nombre por el que se conoce en Cuba a la sociedad secreta masculina Abakuá, al parecer, la única de su tipo existente en América. Ñáñigo es el nombre que se da a sus miembros.
(03) Narrativa abreviada de la versión que diera Lázaro Herrera para vincularse al Septeto Nacional.
(04) Ver obra musical de Miguel Matamoros sus interpretes en el mundo de la salsa. en: http://www.encuentrolatinoradio.com/2020/05/miguel-matamoros-mama-son-de-la-loma.html
(05) Existieron al menos cuatro sextetos, empezando por La unión Armónica (1890), la Charanga de "Doña Irene", Irene Herrera Lafarté (1928 - primera banda de mujeres en la Habana), que ya usaban el Piano (Dora Herrera, asume el piano; Josefina Herrera, pasa a la flauta; Estrella Socarrás, llega al violín, y la cantante era Rosario Martínez; inicialmente la alineación fue Doña Irene Herrera Lafarté, percusionista, que al momento de crear su charanga contaba 51 años conocida como “Doña Irene” que tocaba la paila o el timbal era la directora, verdadera “Reina del Timbal” y sus cuatro hijas: Mercedes (violín), Josefina (violín), Dora (trompeta y arreglos) e Inés (güiro). - Primera organización musical integrada por mujeres en la Habana, usaba el piano), antes que Arsenio Rodriguez
Algunos valiosos conceptos sobre la obra de Piñeiro se resumen en las siguientes líneas:
-El investigador Tomás Jimeno afirmó sobre la obra de Piñeiro «Tiene una complicidad conectada con la rumba y la religión que se insertan automáticamente, con naturalidad, con la impregnación inconsciente. Funde el son con la rumba y la música abakuá».
-El poeta Raúl Ferrer escribió: «Piñeiro logra una cristalización melódica de la música cubana, sacada de acertadas combinaciones de donde salieron las variantes de maravilla (mambo, chachachá)». Hoy añadimos a la salsa latina, cubana y mucho de lo que se hace en el Caribe.
-George Gershwin, en el 1932, visitó La Habana en busca de Ignacio Piñeiro, lo ubica en la estación radial CMCJ, donde se presentaba el Septeto Nacional, allí entabló amistad con Piñeiro, tomando sendas notas musicales de las obras del ilustre cubano. Fruto de estas anotaciones es "Obertura cubana", en la cual Gershwin utiliza temas del son-pregón "Échale salsita". Esta composición se inspira en las butifarras de El Congo, que se vendían en el pueblo de Catalina de Güines.
-Ignacio Piñeiro cambió las cuartetas típicas soneras por estrofas más elaboradas, incluyendo la décima. En New York también se inspira y escribe "Suavecito", dedicado a una mujer llamada Carola que vivía en la ciudad de los rascacielos. En España al Septeto Nacional le llamaban “Los Suavecitos”, motivados por esta canción de Piñeiro.
- La musicóloga Miriam Villa, afirmo: «Piñeiro logra una diversificación más aventajada que sus contemporáneos (...) En muchas de las obras el texto asume un carácter narrativo en verso (...) Enriquece el ámbito estructural con varias combinaciones que van desde la conformación del llamado largo o recitativo inicial en dos frases repetidas con motivos contrastantes que llevan al montuno».
FUENTES:.
Carpentier, Alejo. La música
en Cuba. Ed. Letras Cubanas, 2004. Pág. 162-163.
Música Cubana. Del
areyto al Rap, Fundación Musicalia, San Juan, Puerto Rico, 2003. - Cistobal Diaz Ayala
Cuando Salí de la Habana - Cristóbal Díaz Ayala,
Giro, Radamés: Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2007.
Giro, Radamés: Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2007.
Betancourt, Lino - Daisy Martín. Artículo
periodístico. Prensa Nacional. 1988.
López-Nussa, Leonel.
Entrevista a Piñeiro, 1966. (citado por Omar Vázquez: “Ignacio”. Feb. 2008.
Pág.2 Y 3).
López-Nussa, Leonel, citado por Omar
Vázquez La alborada del primero de enero, La Habana, feb. 2008, p.3.
Piñeiro, Ignacio. Rumba (Versión de Carlos Embale.
1977. LP 50 Aniversario)
Piñeiro, Ignacio. Guaguancó.
Carlos Embale. EGREM. LD- 3810
Piñeiro, Ignacio. Yambú. Mario
Dreke, CD Rapsodia Rumbera.
“50 Aniversario del Septeto
Nacional Ignacio Piñeiro”. Museo de la Música, 1977. Ezequiel Rodríguez y Sra.
Lafertity.
Piñeiro, Nacional - Sigfredo Ariel
• Cuba - lajiribilla@cubarte.cult.cu
La Habana tiene sus Son
- Ricardo R. Oropesa Fernández
Ignacio Piñeiro - Poeta del Son a 132 años - Ricardo Roberto Oropesa FernándezEl alma guajira del poeta del son cubano - Cubarte -| 27 oct 2016
Archivos Parlanchines - El
Congo y sus butifarras – Por Orlando Carró – Especial para Cubasi –
Noviembre 01 de 2019
EL PRESENTE ARTICULO "ES PROPIEDAD INTELECTUAL DE ENCUENTRO LATINO RADIO"
SI UTILIZA ESTE ARTICULO COMO REFERENCIA NO OLVIDE CITAR LA FUENTE:
Por Carlos Molano Gómez
Encuentro Latino Radio - marzo 2017
Derechos Reservados
Derechos Reservados
Actualizado 2021.