Por Orlando Montenegro
Santiago de Cali
¿O cambió
la politiquería o el país pasó la página?
Eso nos
preguntamos los colombianos que dejamos atrás desde el segundo lustro de los
50s, el Frente Nacional de los Barones de la Politiquería que se reunían a puerta
cerrada, en la fría Bogotá a “arreglar” el país a su antojo y amaño. Hoy, a grupos
de disidentes impulsando sus Firmatones. Esa es la realidad actual.
Los
desteñidos y deshilachados trapos rojos y azules hoy se baten y flamean débiles
entre alianzas sin escrúpulo alguno con
tal que sumen votos. Es más, se ha llegado a tal convencimiento que se vocifera
y saca pecho en las puertas de la Registraduría Nacional con toneladas de cajas
con las firmas “apostando” que son votos cautivos, al mejor
estilo de “cañar” en un juego de póker, en el que se conoce el final
anticipadamente porque existe la conciencia que habrá segunda vuelta.
La
revista Semana, en su sección Política, el 6 de junio de 2017, publicó en su
web con el título:
“Política
de la incertidumbre para la contienda 2018.
A un año
exacto de la segunda vuelta presidencial no hay claridad en las reglas de juego
y ni los partidos, ni los candidatos, ni los analistas, tienen claro lo que
pueda pasar”.
En sus
primeros apartes amplió:
“La campaña por lograr
la Presidencia en 2018
ha sido vista en los círculos académicos y políticos como una campaña
anticipada. Nunca en la historia reciente del país, las encuestas habían medido
a tantos aspirantes sin aportar certezas sobre quiénes son los favoritos. Y
aunque algunos suelen salir en los primeros lugares, las sumas y restas entre
la imagen positiva y la negativa de la mayoría de ellos, hacen que aún sea muy
temprano para prever quién tiene mayores posibilidades de ganar.
A las dificultades para especular cuáles son
los más opcionados, se suman otros factores que hacen que esta campaña esté
llena de incertidumbre. La crisis absoluta de la credibilidad en la política,
el exagerado número de candidatos, el poco juego de los partidos tradicionales,
y la falta de certezas sobre el trámite de la reforma política, inciden en que
los candidatos no tengan claridad ni sobre los temas ni sobre la mecánica.
De las pocas cosas que se saben, es que
cualquiera de los que está en el sonajero tiene difícil ganar en primera vuelta
y que por tanto, las coaliciones serán parte fundamental de la contienda. Pero
ni en el fondo ni en la forma, las alianzas que se perfilan son claras. En el
caso de la coalición que ayudó a elegir a Juan
Manuel Santos y que ha logrado mantenerse por siete años de gobierno, esta
no será determinante en la nueva elección. “Una cosa es la
Unidad Nacional que funcionó como un relojito en la segunda vuelta de 2014
y otra es la Unidad por la Paz. Mientras la primera dejará de existir, la
segunda podría mantenerse en caso de que salvaguardar la paz sea un tema de la
campaña”, asegura el senador Armando Benedetti, presidente de La U”.
La
primera reflexión que aflora es: Demasiados candidatos y qué tan pocos
argumentos para llegar a los electores. A la gran mayoría como se les acabó “el caballito de batalla de las FARC”, sin vergüenza alguna y causando la
mayor sorna, tal parece que el “florero
de Llorente” es la Corrupción que el
Contralor Maya ha estimado en 50 billones anuales. ¿Si habrá quién tire la primera piedra? Cuando
cada día le formulan pliego de cargo o capturan a una de las figuras del
Congreso nacional.
A esto se
dedicó el diario El Tiempo, en su web el 26 de febrero de 2017:
“Saqueo
de la corrupción equivale a casi un billón de pesos por semana
Aunque autoridades mantienen las alertas
encendidas son débiles frente a este fenómeno”.
La
mayoría del amplio surtido catálogo de aspirantes a ocupar la “silla mayor” de la Casa de Nariño, siguen pensando que el pueblo padece Demencia
Senil Crónica y que ya olvidaron los Falsos Positivos, Chuzadas, Refricar, Agro
Ingreso Seguro, el fallo adverso de la Corte de La Haya en el caso San Andrés
& Providencia y recientemente el engendro de Odebrecht con las Rutas del
Sol por citar este último paradigma. Hechos deplorables en los que hay una
sarta partidista de capturados que conoce la opinión. Dejo constancia que miro
de soslayo al Cartel de Las Togas.
En este
panorama multicolor politiquero, las rencillas, trapisondas, intrigas y otros
sentimientos mezquinos salen a flote para aliñar los odios y las venganzas,
aunque se exprese en los medios lo contrario. Cuando una campaña usa como
eslogan “para recuperar el país”; los académicos y los de a pie nos
preguntamos ¿de qué?
Sin
oficiar de abogado del diablo, Santos entregará un país con la firma de un
Proceso de Paz en implementación que si bien no es perfecto, evitó que nos
siguiéramos matando y que las poblaciones del Cauca, Nariño, Santanderes,
Vichada, Vaupés y otras regiones que padecieron el rigor y el horror de la
guerra, vivan una tranquilidad relativa. A diferencia de los capitalinos que se
enteraron de la guerra por la TV y los periódicos. Sumémosle que sobre la mesa
está la prolongación de Cese al Fuego con el ELN.
En este
orden, causa perplejidad leer en la web del Diario del Huila, el 11 de agosto
de 2017 el titular:
“Tenemos
que recuperar el país: Uribe Vélez
En su acompañamiento a los precandidatos
presidenciales del Centro Democrático, el ex presidente Uribe señaló que el
país atraviesa por una enorme crisis política, social y económica que requiere
una pronta intervención”.
A renglones seguidos:
“Para el expresidente
Álvaro Uribe Vélez, el problema de su colectividad no es ganar las elecciones
presidenciales, sino recuperar el país de los ocho años de mal gobierno que
tienen sumida a Colombia en una profunda crisis institucional.
Lo anterior lo manifestó antes de que se
iniciara el foro ‘Economía Cafetera e Industria Agropecuaria como motor social’
que se adelantó en el club Los Lagos en el marco de los foros que viene
realizando el Centro Democrático en varias ciudades de Colombia, entre ellas
Neiva.
Uribe se refirió también a otros temas
coyunturales tales como las concesiones que el gobierno de Juan Manuel Santos
ha concedido a las FARC y que llevan a convertir a Colombia en una Venezuela a
mediano tiempo”.
Antes de citar algunas cifras de nuestra
economía de los 8 años de gobierno del Senador Uribe Vélez y las actuales a pocos
meses de entregar Santos sus 2 mandatos, a nivel de premisa después de la firma
de los Acuerdos de Paz; el país no se le entregó al difunto Castro-Chavismo y
tampoco los alzados en armas desmovilizados fueron “premiados” con mesadas
de 3 millones. Argumentos que sirvieron para que ganara el NO. Es más, en lo
mediático, los pronósticos, basados en la cascadas de encuestas, los candidatos
de las FARC parecen no tener opción alguna.
Evitando algún sesgo de mi parte, cito a la web
de la revista Semana, Sección Nación, del 3 de mayo de 2016.
“Las
cifras con las que Santos controvierte a la oposición
A pesar del enrarecido clima político,
las cifras que presenta el gobierno no son malas”.
Detalladamente:
“Que la economía está en
su peor momento, que la inversión se ha reducido, que en Colombia hay niños que
mueren de hambre, que el sistema de salud es mediocre, en fin, que el país va
por mal camino. Son algunas de las constantes críticas con las que la oposición
ataca al gobierno. Pero el presidente Juan Manuel Santos se defiende, y lo hace
con cifras.
Para el gobierno son varios los indicativos que
demuestran que, a pesar de los ataques de los contradictores, la radiografía
del país es diferente. Y lógicamente el comparativo no puede ser otro, que con
los índices del anterior gobierno, el del expresidente Álvaro Uribe, de que
Santos hizo parte como ministro de Defensa, pero con el que tiene nula relación
después de que su antecesor decidió montarle una férrea oposición.
Son frecuentes las afirmaciones de dirigentes
del Centro Democrático en las que advierten que el país estaba mejor con Uribe
en el timonel. Para el gobierno Santos tal afirmación no corresponde a la
realidad.
El primer indicativo del gobierno es el del
empleo. Según las estadísticas, en el 2009 la tasa de desocupación era del 12%,
mientras que en el 2015 descendió a 8,9%.
Uno de los retos que se ha trazado Santos es el
de la reducción de las desigualdades. Las cifras advierten que en el 2009 un
40,3% estaba en la pobreza mientras que 27,8% son pobres. En cuanto a la
población en pobreza extrema, los indicadores señalan que en el 2009 un 14,4%
estaba en esta precaria situación mientras que en el 2015- 7,9% permanecen en la pobreza extrema.
En seguridad los indicadores señalan que la
tasa de homicidios en el 2009 fue 17.717, mientras que en el 2015 fue 12.193,
es decir 36% menos.
Con respecto al conflicto armado, el gobierno
dice que en el 2009 las FARC estaban en pie de guerra, con Alfonso Cano y el
Mono Jojoy a la cabeza, y con intentos de diálogos frustrados. Pero que la
situación actual es una guerrilla a punto de firmar acuerdo de paz, sin Cano ni
Jojoy.
La inversión extranjera, uno de los caballitos
de oposición del uribismo, fue en el 2009 por US$ 7.201 millones, para el 2015
fue de US$ 11.427 millones, 59% más. El crecimiento de la economía fue de 0,4%
en el 2009 mientras que en 2015 fue del 3%.
En Educación el gobierno dice que estamos mejor
que hace seis años, pues en el 2009 el 70% de niños en colegios oficiales no
pagaban matrícula, mientras que en 2015 el 100% no pagan.
La política de vivienda ha sido otra de las
grandes prioridades del gobierno, y según las cifras, una de las más exitosas.
El área nueva construida en el 2009 fue de 10’176.904 metros cuadrados,
mientras que en el 2015 se construyó 20’006.885 metros cuadrados.
Y en política exterior, el principal indicador
lo constituyen en los países que han exonerado a los colombianos de visado para
entrar a sus países. Según el gobierno en el 2009 solo 23 países no exigían visa,
pero en el 2015 la cifra era de 68.
En días en que el ambiente político anda tan
caldeado, el gobierno prefiere recurrir a las cifras para controvertir a sus
críticos. Como dicen los directores técnicos de fútbol, los resultados son los
resultados, y las matemáticas no mienten”.
No podemos olvidar la Crisis de la Salud con
los estragos de la Ley 100, el aumento de los cultivos ilícitos y la meta que
el Vicepresidente Naranjo se propuso cumplir para 2018. Seguramente serán las “campanas al vuelo” de esta campaña politiquera para la presidencia 2018 y el
Congreso que es el foco de la crisis de los Partidos Politiqueros.
Unos titulares demás:
El Tiempo de Bogotá, su web el 16 de septiembre
de 2017:
“Póngale
la firma: los partidos políticos están en crisis
Aunque el sistema democrático se
reforma, la pérdida de credibilidad en ellos se acentúa”.
El columnista de El Espectador de Bogotá, Oscar
Sevillano, el 20 de septiembre de 2017, escribió:
“¿Cuál
crisis de los partidos políticos?”
https://www.elespectador.com/opinion/cual-crisis-de-los-partidos-politicos-columna-714190
Por
último y para no cansarlos, los invito a leer la web de La Silla vacía en su
última edición, Juanita León | Juan Esteban Lewin- 11 de Diciembre de 2017:
Silla
Nacional
Las
rutas a la Casa de Nariño
http://lasillavacia.com/las-rutas-la-casa-de-narino-63882
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NOTA: El presente articulo es publicado a solicitud del autor quien asume total responsabilidad sobre el mismo.