Por Orlando Montenegro Rolón
Santiago de Cali
“En esta vida algunos hombres nacen mediocres,
otros
logran mediocridad y a otros la mediocridad
les cae
encima”.
Joseph Heller (1923-1999) Escritor
norteamericano.
“El primer organismo electoral de carácter
nacional, con funciones escrutadoras en todo el territorio colombiano, para
Presidente y Vicepresidente de la República, fue creado por la ley 7ª de enero
31 de 1888, y se denominó Gran Consejo Electoral. Estaba compuesto por seis (6)
miembros nombrados dos por el Senado, dos por la Cámara de Representantes y dos
por el Presidente de la República, con sus respectivos suplentes, para períodos
de un año. Se reunía a partir del 1º de febrero del año en que se conformaron
las Asambleas Electorales y le correspondía escrutar los votos a partir de los
actos válidos de los escrutinios parciales verificados por dichos organismos
territoriales”.
Con el
paso de los años, el tiempo ha demostrado que los integrantes del CNE lo han
postrado hasta convertirlo en un hibrido más parecido a un engendro, altamente
politiquero, plagado de recomendaciones, vicios, amarres y componendas de todo
tipo que técnicamente un estudioso de leyes las calificaría decentemente de tecnicismos
jurídicos. No. Una torcida exegesis que un ignorante de a pie sólo atina a
exclamar “un organismo tramposo” que no resuelve sino al amaño. Es uno
de los huecos “oscuros” de la Carta de 1991 en su Artículo
265.
¡Claro!
el CNE ha sido el blanco de ácidos titulares en medios y los críticos “se han ido lance en ristre” contra la función que desempeña y
ética de sus integrantes. El dolor de cabeza crónico de los magistrados del CNE
han sido las revocatorias, avales, inscripción de cédulas y la Narco & Para-
Politiquería. Algunos han precisado que el CNE más es lo que abarca que lo que
aprieta.
Respecto
al mecanismo de conformación, la web de La Silla vacía, el 30 de julio de 2014, anticipándose un poco al revolú que originó
Odebrecht que ha salpicado una parte de los gobiernos de la región desde
Brasil, incluyendo obvio a Colombia y sus candidaturas; “en el circo romano nadie le puso el cascabel al gato”.
La
columnista Laura Ardila Arrieta, bajo el título: “¿y quién se queda con el Consejo Nacional Electoral” escribió:
“Pasados los pulsos por la conformación de sus
mesas directivas y comisiones, una nueva puja se asoma en el horizonte del
Congreso: la elección de los nueve magistrados del Consejo Nacional Electoral
(CNE), el tribunal de todo lo de elecciones que termina su periodo de cuatro
años el próximo 30 de agosto. Para esa carrera ya tienen competidores tres
pesos pesados del mundo político: el Procurador, el Registrador y el exministro
Fabio Valencia Cossio.
Las definiciones estarán para alquilar
balcón porque en esta ocasión, debido a su número de congresistas, el uribista
y opositor partido del Centro Democrático tendrá derecho a tener delegado
a un magistrado y esa silla la perderá precisamente La U, el partido
mayoritario del Gobierno. Además, eso sucederá justo cuando estemos ad portas
de definir si el proceso de paz llega a buen término, y no hay que
olvidar que por la lupa del CNE pasará la refrendación popular a los
acuerdos que se firmen en La Habana”.
Reitero… ¡qué vergüenza! la elección de sus
integrantes; más allá enfocarse en las capacidades, ética y actuar probo; prevalece
la recomendación de los politiqueros vivos y ventajosos que persiguen “timar la conciencia” de los magistrados para sus interés
personales. Eso se evidencia en los “amagos” de investigaciones inocuas que
iniciadas en la Comisión de Acusaciones de la Cámara -otro organismo
cuestionado- , terminan gelatinosas e imprósperas en el CNE.
Ya
conoce la opinión nacional e internacional “el resultado” y la floja argumentación
de la ponencia resolviendo las sindicaciones formuladas al candidato Zuluaga
del Centro Democrático. Sobre este caso,
la Redacción Política del diario El Espectador; sustentando los puntos de vista
señalados en este escrito, el pasado 20
de octubre de 2017, como algo premonitorio tituló:
“¿Por qué Óscar Iván Zuluaga podría ser absuelto por
el CNE en caso Odebrecht?”.
Y amplió
la noticia: “La ponencia que, se
prevé, presentará el próximo lunes el magistrado Carlos Camargo, del Consejo
Nacional Electoral (CNE), pediría su absolución. Además de que no se habrían
encontrado evidencias de transacciones ni trazabilidad en los pagos de
Odebrecht a la campaña, todo indica que la declaración de Duda Mendonça nunca
llegó al organismo.
Todo
indica que para Camargo no hay pruebas suficientes para demostrar la
trazabilidad de los dineros de Odebrecht que habrían entrado a la campaña. Así
se deja ver en el documento publicado por la emisora, que en la página 7
señala: “No se puede
establecer el destinatario final y la trazabilidad del monto girado para 2014,
toda vez que no se cuenta con la información idónea para realizar el análisis”.
Otro argumento como escribir un guión para una
cinta de espionaje macabro fue el siguiente:
“Dentro del mismo caso,
el diario El Tiempo reseña este viernes que la declaración del publicista
brasileño José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, más conocido como Duda Mendonça, en la que señala que Odebrecth pagó 1,6
millones de dólares por una asesoría a Zuluaga, no ha podido ser homologada por
la justicia en Brasil.
El meollo de ese asunto, explica la
publicación, es que Mendonça dio la declaración a la Policía Federal de Brasil
y no al Ministerio Público brasileño, razón por la que Zuluaga no figura como
investigado en el Supremo Tribunal Federal de ese país. A la luz de estos
hechos, y la falta de presencia de lo que se considera como la “prueba reina”,
es muy posible que el candidato del uribismo a la Presidencia en 2014 no tenga
problemas y salga absuelto”.
Otra leguleyada para la estatuilla de un Oscar que superó la
imaginación, la ficción y la fantasía; dejando a la opinión en vilo pensando en
la “práctica del gato” y sí, muy felices, orondos y sacando
pecho a la bancada del senador Uribe.
Por el lado de la campaña Santos, llovizna y
parece que escampa; todo apunta que el CNE, tampoco halló méritos en sus
pesquisas en ellas. Al menos en la de 2010. La revista Semana, el 03 de agosto de 2017 publicó:
“CNE archivará investigación contra la campaña Santos
2010
Mientras la magistrada Hernández pide
que lo investiguen por su segunda campaña, SEMANA conoció que el tribunal
archivará las indagaciones que se adelantaban a la primera campaña política de
Juan Manuel Santos con el argumento de que los términos prescribieron.
Mientras el Consejo Nacional Electoral
estudia si abre investigación formal contra el presidente Juan Manuel Santos y
los directivos de la campaña reelecionista, en el 2014, por presuntamente haber
recibido recursos de la firma brasileña Odebrecht,
el tribunal está a punto de cerrar el caso correspondiente al de su primera
campaña política, la del 2010. Fuentes cercanas a la indagación le dijeron a
SEMANA que en el caso de las elecciones del 2010, el Consejo Nacional Electoral
ha perdido su competencia, debido a que los términos ya caducaron. La tesis del
organismo electoral es que solo pueden ser investigadas hasta tres años después
de la entrega del informe definitivo correspondiente a los gastos y
financiación de la campaña. Por esa razón, las indagaciones que se adelantaban
respecto a esa campaña serán archivadas”.
En conclusión: ¡Nada de nada! Por un
lado Falta de Pruebas y por el otro Vencimiento de Términos. Entonces nos
seguimos preguntando los colombianos: ¿Para qué sirve el CNE? Un organismo que
casi inoperante y que cuando se le pide su intervención cada 4 años poco o nada
resuelve. ¿Cuánto le cuesta al Erario la apéndice electorera?
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La presente columna, es transcrita bajo la total responsabilidad de su autor