CUIDADO
CON LAS ENCUESTAS ELECTORERAS
¿QUIÉN
LAS CONTROLA?
Por: Orlando Montenegro Rolón
Santiago de Cali
Por esta época
pre-electorera, más por la competencia y el favor del rating para alardear y no
por otra connotación, cada medio presumiendo tener la “verdad absoluta” en
materia de intención de voto, aduciendo contar con los servicios de la mejor
empresa encuestadora sueltan al aire los resultados de sus cifras encargadas.
Después, a la luz de los resultados reales en las urnas las excusas habidas y
por haber salen a flote para justificar el desacierto.
El Dr. Pablo
Felipe Robledo, Superintendente
de Industria y Comercio,
como nunca antes abrió investigaciones en contra de los Carteles de los
pañales, papel higiénico, cuadernos, azúcar, boletería para los partidos de la
selección, etc… Entonces, ¿a quién le corresponde “pedirle cuentas” a las
empresas encuestadoras? ¿Hay voluntad politiquera para hacerlo? ¿Tal vez al CNE-
Consejo Nacional Electoral?
El 15 de mayo de 2010,
hace más de 7 años, el diario en El Espectador, columnistas de la Unidad de Investigación,
Norbey Quevedo H. y Hugo García Segura, publicaron bajo el título:
“Los dueños de las encuestas” y señalaron: “Con requisitos mínimos
crece el negocio de empresas que analizan la opinión ciudadana”.
Esa es la realidad que
ahora vivimos y sin control alguno. Que encabeza Vargas Lleras, que no, que es
Fajardo, que en Bogotá puntea Petro, que si se unen los verdes Claudia sube,
etc… el abuso de la especulación sigue al garete.
Del escrito de Quevedo y García retomé
apartes que retratan de cuerpo entero que, sí no hay un control técnico y
académico que revise la metodología -que por ejemplo, en las pantallas de los
televisores pasan a gran velocidad y en “letra
de nigua”-, los colombianos no
conoceremos los fundamentos (elementos) de la Muestra Probabilista, Multietápica
y Aleatoria que se debe calcular del Universo poblacional que vota; y no,
justamente, tomando como factor representativo a un “despalomado” transeúnte
que desencantado de su situación personal hace parte de la mayoría que no
sufraga que supera el 50%.
A lo anterior, estimar el Margen de
error es vital para establecer que cada elemento de la Muestra seleccionado,
cuánto representa del Universo. Sin soslayar el factor de Expansión y de
Afijación que para el medio colombiano es esencial.
¿Por qué? Se debe aplicar la muestra
teniendo en cuenta: Cómo históricamente y en lo más reciente se ha distribuido
la votación por regiones, departamentos, ciudades, estratos, sexo, edades, etc…
por citar variables técnicas válidas.
Ahora sí, leamos a
Quevedo y García:
“En la recta final de la
campaña presidencial y con resultados
disímiles, las encuestas se convirtieron en la principal pieza del
rompecabezas electoral. En los últimos dos meses se han divulgado por los
medios de comunicación al menos 20. La semana que termina, por ejemplo, se
comunicaron los datos de tres de ellas. Y a medida que se acerca el 30 de mayo,
día de los comicios, se conocerán más. Un asunto que no cesa de generar
polémica por su periodicidad, técnica e incidencia en la decisión del elector.
Son la carta de navegación para las
campañas. Pero hace cerca de un mes, el entonces presidente del Consejo
Nacional Electoral (CNE) puso el dedo en la llaga. El magistrado Marco Emilio
Hincapié, palabras más palabras menos, expresó su preocupación por la
distorsión de la realidad electoral presidencial que se puede presentar por
cuenta de las encuestas. “Esta no es
fecha para estar haciendo opinómetros”,
dijo y conminó a esas compañías a hacer encuestas más serias y profundas. Para
los medios también hubo palo, e Hincapié advirtió fallas en la divulgación de
los resultados.”.
El resaltado es mío.
Al cierre del escrito
antes reseñado se publicó:
“El Espectador investigó la denuncia de
Franco en el CNE, la Registraduría Nacional del Estado Civil, Cámaras de
Comercio, notarías, entre otras entidades, para verificar cuál es la situación
de las denominadas empresas encuestadoras o de investigación de mercados. Una
actividad que data del 7 de marzo de 1996, cuando el CNE y la Registraduría
decidieron reglamentar la realización y divulgación de encuestas de opinión política y de carácter electoral. Fue
a través de la expedición de la Resolución 23 que, en esencia, se fijó la
obligación de divulgar la ficha técnica, se estableció las prohibiciones en la
materia a los medios y se creó el registro de encuestadores”.
En lo específico y concreto, ante la
sarta de desaciertos de las compañías encuestadoras, la opinión no conoce
sanciones. Intentos… amagues y nada más. Un colombiano de a pie que sin título
universitario ni arandelas importadas para pegar en la pared de Harvard,
Oxford, Yale, etc… estoy seguro que colige: ¿Y por qué no se le encarga ese
control a los técnicos del DANE?
Como otra “fresa del pastel”, del
mismo diario El Espectador, el 5 de julio de 2010, el columnista, Dr. Eduardo
Sarmiento, publicó su columna: “Los errores de las encuestas” y
en líneas seguidas escribió:
“Las encuestas constituyen uno de los
grandes avances científicos no suficientemente entendidos.
El comportamiento de un
universo de cincuenta millones de personas puede ser inferido con una muestra
de cinco mil. El sistema es aplicado en todos los lugares del mundo y es la
base de la sistematización estadística.
Los resultados
electorales del domingo no parecerían confirmar la teoría. Las encuestas
elaboradas por las distintas firmas mostraban un empate entre los dos
candidatos punteros y la diferencia resulto más de dos a uno.
La explicación se
encuentra en el cálculo del error muestral, que aparece alrededor de 1,5% en
las encuestas y falló estruendosamente. En abril, los porcentajes de los
candidatos punteros arrojaban discrepancias de más de 10 puntos en sondeos
realizados con pocos días de diferencia, y en algunos casos aparecieron
votaciones de 5% para los tres coleros.
La revista Semana
denunció que una encuesta que mostraba una elevada votación por un candidato se
repitió y se publicó con otro ganador. Petro y Vargas Lleras aparecieron en la
mayoría de las muestras con votaciones que no correspondían a la tercera parte
de las obtenidas por sus partidos políticos en las elecciones parlamentarias y
al final revelaron porcentajes similares.
Frente a estos
resultados, las firmas procedieron a introducir cambios y filtros que
contribuyeron a reducir las diferencias entre ellas, pero las alejaron más de
la realidad.
La verdad es que el error
de las encuestas no es la cifra que aparece en la parte inferior de los
cuadros. Debido a la estratificación, el tamaño de las muestras, los
procedimientos de selección y la irregularidad y la volatilidad de los
fenómenos, la cifra es mucho mayor, tal vez del orden del 10%. Ahora bien, una
muestra estadística con un error de esa magnitud no es muy distinta a la de
seleccionar los números al azar o por pálpito”.
Advierto que lo más
seguro y lo doy por descontado que el Dr. Sarmiento, se documentó porque es
probable no sea titulado en estadísticas puras, pero su escrito si advirtió de
lo que ocurría y seguiría sucediendo con las Encuestas Politiqueras. El
panorama no ha cambiado.
Hoy día, ante la “evaporación de los partidos rojos y
azul”; la mezcla, o más bien como le
llaman los politiqueros “alianzas”, es igual de factible que el agua se
abrace tan perfectamente con el aceite que parezca uno solo. Cualquier “estrategia”, yo diría manguala legal,
se puede esperar porque sigue vigente el refrán “del ahogado, el sombrero”.
Las “combinaciones” inimaginables, inspirados por la
cizaña, el odio y la venganza para acceder al poder serán válidas.
Exhorto a los colombianos
a no caer en esas marrullas que más que mentiras, son ficción y eso quedó
comprobado con los Acuerdos de Paz, hoy blindados por la Honorable Corte
Constitucional por unanimidad. Y me refiero a “que el país no se le entregó a las FARC ni al difunto
Castro-Chavismo”. Tampoco se premió
a los alzados en armas con sueldos de 3 millones, etc… ¡Falacias y nada más!
Una situación más. La
Silla Vacía, el 12 de abril de 2010, dejando a las claras que es un delito consentido
de años atrás. Publicó:
“En la edición del domingo, la Revista
Semana sacó un confidencial titulado “Margen
de error” que ha circulado por toda
la red como un virus. Según la revista, los directivos de la encuestadora
Datexco, contratada por la W y El Tiempo, decidieron volver a hacer la encuesta
cuando la tabulación de los resultados arrojó que Mockus estaba ligeramente por
encima de Juan Manuel Santos. “Los
directivos de la firma se sorprendieron tanto que pensaron que se podía tratar
de un error metodológico o de trabajo de campo y ante la duda, decidieron
volverla a hacer”. El
resultado que publicaron el viernes fue Santos 29,5 por ciento y Mockus 24,8
por ciento.
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