Por Orlando Montenegro Rolón
Desde Santiago de Cali
Parodiando al Ministro
de Justicia Dr. Enrique Gil Botero
Atinada frase del Ministro Gil Botero, pero a destiempo porque hace
rato que el Sistema Judicial en Colombia está con suero en la vena y con respiración
asistida en una UCI. Sin duda alguna. No hay justificación ni argumento válido
que pruebe lo contrario; basta un análisis retrospectivo que enfoque por
ejemplo sus prolongados paros para concluir, que “la justicia es solamente para los de ruana” y que además de sus prolongados actos de
brazos caídos, el país siguió su trasegar con relativa normalidad y no se
desmoronó. Se equivocan los que piensan y escriben que la crisis tiene su origen en el detonante
del sonado caso de Odebrecht: ¡No! Ese fue la gota que rebosó la copa y nada
más. Tampoco es el caso que implicó al exmagistrado Pretelt.
También se quedó corto el Dr. Enrique porque la Corrupción es Integral,
lo permeó todo. No existe rincón ni rendija del Estado por donde la corrupción no
se haya filtrado. “De cabo a rabo” y por los 4 puntos cardinales de la patria y, tal
vez por el 5to que inventó Maduro. Para sintetizar es una peste galopante y de
momento sin cura ya que los encargados de impartir justicia hay que buscarlos
entre las excepciones y con lupa.
Nuestro Ministro si mira para atrás se encontrará con las engrasadas
Puertas Giratorias, divisiones internas entre togados, nominaciones a las altas
cortes motivadas por intereses mezquinos y compadrazgos. El “yo te terno y tú me elijes” no sólo hizo carrera con el beneplácito de
las IAS de control, sino que tomó mucha ventaja. Para muestra un botón. La
corte Suprema de Justicia tardó cerca de 2 años para acordar y nombrar una
terna que reemplazara a unos magistrados
por cumplimiento de edad límite para ejercer. Los colombianos muy
giles, nos preguntamos ¿Y eso por qué? ¿Qué hay de fondo?
Y no es calumnia ni injuria. El diario El Tiempo de Bogotá, el 25 de
mayo de 207, en su web tituló:
“Corte vuelve a aplazar elección
de terna para reemplazar a magistrado
La Corte Suprema de Justicia dejó la decisión para dentro
de 15 días”.
Y a renglones seguidos amplió:
“Una vez más, la Corte Suprema de
Justicia no decidió qué candidatos integrarán la terna que le falta por
conformar, y de la que el Senado debe elegir al magistrado que reemplazará a
Jorge Iván Palacio en la Corte Constitucional.
En la Sala Plena de hoy los magistrados eligieron a un magistrado de la sala de
descongestión laboral, pero no llegaron a un acuerdo para integrar la terna que
tienen en deuda, ni tampoco para elegir a su presidente, por lo que seguirá a
la cabeza de la Corte como encargado el magistrado José Francisco Acuña
Vizcaya.
El pasado 17 de
mayo la Sala Plena de la Corte Suprema eligió una de las ternas que tenía pendientes.
En esa terna que envió al Senado están los candidatos Diana Fajardo, Álvaro
Motta y Alejandro Ramelli, de quienes saldrá el reemplazo del magistrado Luis
Ernesto Vargas”.
La revista Semana no pasó de agache ante
esta injustificada anormalidad y el 31 de marzo de 2017, -reciente- en su Sección
Judicial se ocupó de informarle a los colombianos:
“La preocupante demora de las ternas para la Corte
Constitucional
La coalición Elección Visible le pide al alto tribunal que no
dilate más el envío de ternas para ese Alto Tribunal. El presidente podría
enviar sus nombres esta semana”.
Y sobre la noticia precisó:
“La elección de nuevos magistrados en la Corte Constitucional tiene a casi todos los estamentos del
poder muy pendientes. El alto tribunal tendrá en sus manos no sólo las
decisiones estructurales del proceso de paz, sino la definición de debates
clave sobre las libertades de los colombianos así como el futuro de la
economía. Por eso, la tardanza en definir quiénes serán los reemplazos de los
cuatro magistrados que terminan su período ha encendido las alarmas.
El problema es que en la Corte Suprema es difícil hoy lograr un consenso.
Algunos de sus miembros están divididos por cuenta de los Acuerdos de Paz, pues
sienten que el alto tribunal fue relegado en la nueva Jurisdicción Especial
para la Paz. El distanciamiento entre los magistrados es tal, que no han sido
siquiera capaces de lograr un consenso en la elección del presidente de la
corporación después de la salida de Margarita Cabello”.
Ahora en materia de escándalos propiciados por togados de
las altas cortes, igual; como diría mi abuelita: “eso ya es clavo pasao”
es decir: Tan viejo como San Alejo porque mientras no exista “voluntad política” para construir una funcional y estructural Reforma a la Justicia;
seguirá el Procurador, el Fiscal, la Casa de Nariño, el Congreso y hasta el Rey
Midas, metiendo la mano para incluir a sus recomendados en las ternas para
magistrados de las altas cortes.
El diario El País de Santiago de Cali, el 13 de marzo de
2015, no fue ajeno a la corrupción -tal vez por su línea azul- publicó en su
Editorial de Opinión:
“No es suficiente.
“Acusando a sus compañeros de actuaciones
irregulares y de cometer delitos, el magistrado Jorge Pretelt envió una carta
al Congreso de la República en la que solicita una licencia no remunerada de
dos meses. Es otro paso más que aporta al bochorno y el descrédito de la que
debiera ser la institución más transparente y más respetada de todas las que
conforman el Estado”.
¿Cómo puede interpretarse el que acuse de delincuente al
magistrado Luis Ernesto Vargas Silva por realizar “una grabación clandestina, ilegal y
adulterada que utilizó calculadamente en su propio beneficio”? Por supuesto, la licencia solicitada
evitará roces entre los miembros de la Corte, durante un tiempo. Pero, ¿qué
ocurrirá cuando se reintegre, después de los calificativos que usa contra sus
colegas Luis Ernesto Vargas, Gabriel Eduardo Mendoza y Jorge Iván Palacio, a
quienes cubre de sospechas? Quedó así al descubierto el enfrentamiento de quien
desempeñó la Presidencia de la Corte Constitucional con casi todos sus colegas.
Enfrentamiento que ya se llevó al campo penal, debido no sólo a la denuncia que
presentó el magistrado Mauricio González ante la Comisión de Acusaciones, por
hechos que comprometen al magistrado Pretelt en la solicitud de dinero para
tramitar la revisión de una tutela propuesta por una cuestionada entidad
financiera, que aún no están del todo aclarados”.
¡Qué vergüenza… qué dolor de patria! Los
colombianos no sólo estamos desconsolados y apenados por lo que ocurre en nuestra
justicia, sino que no le vemos una solución a corto plazo: Menos en la
proximidad de la Época Electorera en la que la politiquería en pos de la
frenética búsqueda del Poder parece que “todo
vale”.
La Injuria y la Calumnia tipificada en
nuestro Código Penal, es simple “sopa
de letras” pese a ser de obligatorio
acatamiento. Demandas que terminan en forzadas “rectificaciones a regañadientes”. Los auto postulados a la Silla
Mayor de la Casa de Nariño, le van a esculcar hasta los exámenes de laboratorio.
El país está tan polarizado por cuenta del Hambre de Poder que se olvida que la
Paz es un Derecho Constitucional que tenemos los 50 millones de colombianos y
que va más allá de un Acuerdo entre Santos y las FARC para dejar de matarnos.
¡No! La Paz la construimos entre todos los colombianos de a pie y no sólo está
reservada para los “deliberantes” en el Congreso de la República. Mucho menos
aquellos que “atizan el fuego” y al momento de las votaciones se salen del
recinto. Ni siquiera votan en contra de lo propuesto para aprobar.
Al cierre, la semana que terminó, el 17
de agosto de 2017, el senador caucano Velasco en un acto de entereza en su
declaración dejó en tela de juicio algunas actuaciones judiciales de
magistrados conexas al escándalo que presuntamente involucra a senadores de la
República. La nota periodística de RCN Radio publicó:
“Deben revisar procesos en que están inmersos los
magistrados cuestionados: senador Velasco.
El senador del Partido Liberal Luis
Fernando Velasco y antiguo presidente del Congreso aseguró que tras el
escándalo de corrupción que involucra a dos senadores, un excongresista y dos
exmagistrados valdría la pena revisar los procesos en los que participaron los
magistrados cuestionados.
Según Velasco, durante su
mandato y en el momento en el que se tramitaba la reforma de justicia y en
especial la de Equilibro de Poderes, “a las Cortés no les gustó por un elemento
central; en esas reformas que se cayeron se crearía la Comisión de Aforados que
reemplazaba el papel de la Comisión de Acusaciones, no gustó porque, según
ellos, le quitaba autonomía a la justicia”.
De igual forma recalcó que el
actual fiscal Néstor Humberto Martínez en su labor como ministro de la
Presidencia intentó generar “puentes entre las cortés y el Congreso” y que
según él es parte de los fracasos de la reforma; es muy complejo que a un
órgano que van a reformar digan cómo quieren que lo reforme. Además no estoy
seguro que estuviera de acuerdo con la reforma”
Es
por esto que, según el congresista, cuando entregó la presidencia dejó sobre la
mesa la necesidad de hacer una constituyente limitada a una reforma a la
justicia, con el único fin de frenar hechos de corrupción”.
¡La justicia no puede seguir ciega ni con estrabismo!
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